Como la navidad está cerca, os quiero recomendar tres libros cuya temática, de alguna manera, está relacionada con este periodo.
Como siempre, espero que os animéis a leerlos y que los disfrutéis mucho.
Empezamos
LA NAVIDAD CUANDO DEJAMOS DE SER NIÑOS (CHARLES DICKENS)
Colección de relatos publicados entre 1851 y 1853 en el número especial navideño de la revista Household Words, y publicados en español con motivo del bicentenario de Charles Dickens.
Este libro lo leí hace ya algunos años, y la verdad es que recuerdo que me gustó bastante en su momento, es verdad que tengo una relación un tanto extraña con la obra de Dickens, ya que si bien tiene algo que no me acaba de llenar, también es cierto que las obras que he leído de este autor, suelen gustarme y suelo leerlas enteras; en este aspecto no debemos olvidar que este autor hacía una descripción muy realista de la sociedad victoriana y que en sus obras solía ser muy crítico con las condiciones de vida de los más pobres, así como con la actitud de las clases más pudientes; no debemos olvidar que el autor antes de ser un reputado escritor, llevó una vida mísera y sabía perfectamente cómo era la vida de las clases trabajadoras de este periodo.
CARTAS DE PAPÁ NOEL (J. R. R. TOLKIEN)
Durante varios años, al llegar el mes de diciembre los hijos de J. R. R. Tolkien recibían un sobre con un sello del polo norte; dentro había una carta escrita con letra temblorosa y dibujos o bocetos y cuyo remitente era Papá Noel. En esas cartas, Papá Noel les contaba relatos de su vida en el polo norte.
En este caso, encontramos un volumen, que creo recordar, no es muy largo, a lo que habría que añadir, que las cartas están llenas de fantasía e imaginación, algo a lo que contribuyen tanto el que esté redactado en tinta de diversos colores como los dibujos que acompañan
CUENTO DE NAVIDAD (CHARLES DICKENS)
La víspera de Navidad Ebenezer Scrooge, un anciano miserable y tacaño, recibirá la visita del espectro de Jacob Marley, su antiguo socio, quien le anunciará la visita de tres espectros que representan las navidades pasadas, presentes y futuras, quienes buscarán que cambie su actitud y aprenda a ser mejor persona y a disfrutar de la navidad.
En esta obra el autor, como ya se dijo en el primer punto, hace una crítica brutal de la sociedad victoriana de su época, para ello, toma como punto de partida al protagonista de la historia y a su empleado, a través de los cuales vemos como en muchos casos durante este periodo las clases trabajadoras llevaban una vida mísera cobrando sueldos extremadamente bajos, mientras que las clases altas llevaban una vida totalmente desahogada, en este libro en concreto, el autor propone intentar cambiar la mentalidad de las clases pudientes para que así ayudasen a cambiar las condiciones de vida de los trabajadores mediante la mejora de sus condiciones de trabajo (salarios, horas de trabajo, etcétera); esto se puede ver en la novela observando cómo es el protagonista al inicio de la obra y de su evolución a lo largo de la novela hasta ser una persona mejor
CONCLUSIÓN
Como siempre, espero que os animéis a leer estos libros y que, si lo hacéis, los disfrutéis mucho mientras los leéis, tanto si lo hacéis en navidad, como si lo hacéis en otra época del año.
Hoy, ante la proximidad de la navidad, os traigo la leyenda del hada Befana, un personaje con posibles raíces precristianas, quien recorre Italia la noche del 5 al 6 de enero dejando regalos a los niños:
Cuenta la leyenda que los reyes magos, camino de Belén para adorar al niño Jesús se perdieron, debido a esto le pidieron ayuda a una anciana que los atendió y les regaló dulces, tras esto le pidieron que les acompañara, pero a pesar de la insistencia de los reyes, la mujer no quiso acompañarlos; más tarde y tras arrepentirse de no haber ido con ellos, la mujer preparó una cesta con dulces, salió de la casa y se puso a buscarlos sin lograr encontrarlos, por el camino se iba parando en casa que encontraba y regalando dulces a todos los niños con los que se cruzaba esperando que uno de ellos fuese el niño Jesús.
Desde ese momento la mujer vaga por el mundo haciendo regalos a los niños para hacerse perdonar el no haber ido con los reyes magos a adorar al niño Jesús.
Según dicen, el nombre de este personaje popular derivaría de alguna manera de la palabra epifanía, fiesta que en el calendario cristiano se celebra el 6 de enero.
Como todos sabemos, estas fiestas tradicionalmente conmemoran el nacimiento del redentor y una serie de hechos posteriores que vienen relatados en la biblia y que, en algunos, belenes se representan (posiblemente alguien pensará que no sé lo que digo, no sería la primera vez, si afirmo esto es porque lo he visto), pero el que se celebren en estas fechas viene de tradiciones precristianas anteriores cuyo significado cambió o se adaptó a la llegada de la iglesia del Señor.
En muchos casos, la iglesia ha jugado lo que podríamos llamar el doble papel de mantener vivas algunas tradiciones dándoles un nuevo significado (como se ha dicho en el párrafo anterior) y excluyendo o condenando otras al olvido tachándolas de supersticiones, a la vez que las tradiciones y religiones anteriores iban decayendo para dar paso a un nuevo orden religioso; a pesar de ello, muchas de ellas se han mantenido vivas.
Tras esto, voy a hablar de algunas cosas que han sobrevivido a lo largo de los años mediante un cambio en su significado, concretamente, en la entrada (y aún a riesgo de que quede excesivamente extensa) voy a hablar de lo siguiente:
Calendas, saturnales y otros y otros ritos invernales
El árbol navideño y su decoración
Nochebuena
No me resisto a comenzar este apartado con un video de big bang theory en el que Sheldom da su visión de la navidad:
CALENDAS SATURNALES Y OTROS RITOS INVIERNALES
Las fiestas saturnales tenían lugar entre el día 17 y el 23 de diciembre (víspera de Nochebuena), durante estos días se celebraba una feria llamada sigillariorum celebritas en el que se vendían figurillas de barro que se entregaban como regalo, parece ser, que también se entregaban velas como regalo, quizá como símbolo de, e incluso como encantamientos para garantizar, la vuelta de la fuerza solar tras el solsticio. Lo más típico de esta fiesta era la mezcla de clases sociales en una alegría común. El origen de esta fiesta es difícil de precisar, aunque podría tener alguna relación con ritos anteriores relacionados con la cosecha.
Lo mismo podría aplicarse al festival de las calendas de enero, celebrado unos días después de las saturnales. El día uno de enero, el día de año nuevo romano, los nuevos cónsules tomaban posesión del cargo, y durante al menos tres días se celebraba una gran fiesta. Las casas se decoraban con luces y vegetación (este podría ser en parte el origen del árbol de navidad). En estas fiestas, los ciudadanos le deseaban al emperador prosperidad durante el año que entraba y los senadores le regalaban dinero, estos regalos que no solo se le hacían al emperador, sino que frecuentemente se intercambiaban entre particulares, se conocían como strenae, un nombre que parece que ha sobrevivido en francés érennes (regalos de año nuevo); este último dato agradecería si alguien me lo pudiera confirmar.
Incluso, se puede deducir de las continuas denuncias de la iglesia contra los festivales invernales, principalmente dirigidos contra la celebración de las calendas, el modo en que estas habían calado en muchas regiones del, por entonces, mundo conocido.
El que las costumbres romanas habían llegado hasta zonas de Centroeuropa, o eran paralelas a ellas, se muestra en una curiosa carta escrita en 742 por San Bonifacio y dirigida al papa Zacarías. El Santo, relataba que ciertos alemanes, bávaros y francos se negaban a abandonar ciertas prácticas porque habían visto hacer ese tipo de cosas en la ciudad sagrada de Roma, cerca de San Pedro, y aparentemente, con la autorización del clero. La víspera de año nuevo, presuntamente, desfiles atravesaban las calles de Roma, con canciones impías y gritos paganos; se instalaban mesas de la suerte, y en ese momento nadie prestaba fuego o herramientas o cualquier otro artículo a sus vecinos. El Papa contestó que esas cosas le resultaban odiosas, y que deberían serlo para todos los cristianos; y al año siguiente todas esas prácticas de las calendas de enero serían prohibidas por el concilio de Roma.
Mucha más atención se le ha prestado al festival de mitad del invierno de los antiguos germanos. A mediados del siglo XIX se acostumbraba a hablar de la navidad y de las doce noches como una continuación de la temporada sagrada, mantenida hasta el solsticio de invierno. Los fuegos de la fiesta navideña, eran tenidos como símbolos solares, que en esas fechas comenzaba su viaje en los cielos.
Por otro lado, el año celta parece ser que comenzaba en noviembre con el festival de samhain (un nombre que parece significar fin del verano o asamblea) cuyo origen parece remontarse a un festival pastoral y agrícola que en su momento buscaba ayudar al crecimiento de plantas y animales frente a los poderes malignos, este ritual, parece que tenía ciertas características comunes con el festival germano que tenía lugar por las mismas fechas, por ejemplo el sacrificio de animales, la conmemoración de los muertos, y las maldiciones y encantamientos para el año nuevo.
EL ÁRBOL NAVIDEÑO Y SU DECORACIÓN
Una de las tradiciones más extendidas alrededor del mundo, de todas las festividades navideñas es el árbol. Esta tradición se extendió rápidamente por Europa, sin que en muchos sitios tuviera raíces en sus tradiciones, ya que parece ser que su origen se remonta a zonas de centro Europa, y su principal expansión tuvo lugar a partir del siglo XIX.
En los países donde se origina la tradición del árbol de navidad, este es el centro de las celebraciones, y nadie es demasiado pobre ni está demasiado solo como para no tener un árbol.
Su decoración varía según las zonas del mundo, por ejemplo, al árbol le cuelgan unos adornos llamados pirámides consistentes en construcciones de madera adornadas con papeles de colores y luces, me imagino que en tiempos se iluminarían con velas y actualmente se iluminarán con iluminación eléctrica. Estas pirámides fueron muy populares entre la burguesía y los artesanos, que los guardaban de un año para otro. En Berlín, las pirámides eran también muy habituales. Las adornaban con ramitas, así como con velas y papeles de colores, y tenían más parecido con el árbol de navidad.
Las primeras referencias de los árboles de navidad en Inglaterra se dan en 1789, pero su uso no se generalizó hasta aproximadamente la década de 1840. En 1840, la reina Victoria y el príncipe Alberto tenían un árbol de navidad, y la moda se extendió hasta que se volvió completamente natural. En Dinamarca y Noruega se introdujo hacia 1830, en Suecia hacia 1863. En Bohemia se lo menciona en 1862. También se encuentra en Rusia, Estados Unidos, España, Italia y Holanda, y por supuesto en Suiza y Austria.
El árbol es una institución doméstica, y aunque en principio surge en países protestantes, ha pasado también a países de tradición católica.
El origen del árbol de navidad, es muy interesante. Su cercanía con otras sacralizaciones del espíritu de la naturaleza es evidente, aunque su origen exacto es complicado de seguir, a pesar de ello, hay quien señala a las calendas de Enero como un posible origen.
En cierto sentido, el tener un árbol verde en una época en la que la vegetación “muere” es una forma de mantener la esperanza de que vuelva a resurgir
NOCHEBUENA
La navidad en su significado más estrecho, debe entenderse que comienza en la tarde del día 24 de diciembre, a este día en algunos países no se le da la misma importancia que en otros como celebración, por ejemplo en España, normalmente este día se hace una cena un poco más especial; aunque, si bien es cierto que es a lo largo de esta noche cuando san Nicolás o Papá Noel suele hacer su aparición repartiendo regalos por las casas.
La tradición de san Nicolás, se da sobre todo en países del centro y norte de Europa, con una tradición protestante, este santo, vendría a sustituir ciertas tradiciones digamos católicas; aunque también es cierto que en el este de Rusia hay un equivalente femenino, que es paralelo a San Nicolás, Kolyada, una doncella vestida de blanco, que conduciendo su trineo, viaja de casa en casa el día de Nochebuena. Los jóvenes que le cantan villancicos, reciben a cambio regalos. En este caso la palabra KOLYADA es el nombre para la navidad, parece que tiene su origen en el término latino calenda que probablemente entró en las lenguas eslavas a través de Bizancio. La doncella sería uno de esos seres que toma su nombre de la festividad en la que aparece.
Por otro lado, en los países escandinavos como tienen ese sentido, de la proximidad de lo sobrenatural al mundo de los vivos, creen que salir esta noche es mala idea, ya que creen que los trolls celebran esta fecha cantando y bailando, y que los muertos, al igual que en la noche de todos los santos en zonas católicas, visitan sus antiguas casas.
Por último dejo otro video, en inglés, sobre hechos curiosos de la navidad (things you never knew about Christmas):
Por último, comentar que ayer se publicó este mismo texto en nuestro blog hermano http://castillodehistoriayartes.blogspot.es/ sin vídeos, podéis elegir la modalidad de lectura…
El rey de las pesadillas ha despertado y está dispuesto a llenar el mundo de horror y miedo y solo Nicolás San Norte, un forajido de la estepa podrá detenerlo.
EL AUTOR: WILLIAM EDWARD JOYCE (EE. UU., 11 de diciembre de 1957).
Escritor estadounidense, ilustrador y cineasta. Sus ilustraciones aparecieron en numerosas New Yorker cubiertas y sus pinturas se exhiben en museos y galerías de arte. Joyce ganó un Oscar al Mejor cortometraje de animación con Brandon Oldenburg.
Ha escrito e ilustrado más de cincuenta libros para niños, incluyendo George encoge, Llamadas de Santa, Dinosaur Bob y sus aventuras con la Familia Lazardo, Rolie Polie Olie, Los Hombres de la hoja y los buenos insectos valientes y Un día con Wilbur Robinson.
Joyce está trabajando actualmente en una serie de novelas y libros de imágenes, Los guardianes de la Infancia, que consta de un total de 13 libros.
Joyce ha recibido tres premios Emmy por Rolie Polie Olie, una serie animada basada en su serie de libros para niños que se transmite por el Disney Channel. Su segunda serie de televisión, George se encoge, se emite diariamente en PBS estaciones.
Joyce creó personajes conceptuales para Disney / Pixar, películas como Toy Story (1995) y The Matrix (1998). En 2001, después de que Joyce y el director Chris Wedge no lograron adaptar uno de los libros de Joyce a la pantalla, se les ocurrió la idea de la película animada Robots(2005). Además de ser uno de los creadores, Joyce también se desempeñó como productor y diseñador de producción.
En 2005 Joyce y FX lanzaron una empresa conjunta, Aimesworth Amusements, para producir películas, videojuegos y libros. La nueva compañía anunció planes para hacer tres películas: Los Guardianes de la Infancia, Los Mischevians y Dinosaur Bob y sus aventuras con la familia Lazardo. El primero de estos proyectos, Los Guardianes de la Infancia fue desarrollado por DreamWorks Animation en el largometraje, La rebelión de los Guardianes. Fue lanzado en 2012 y se basa en el libro de Joyce y el cortometraje El hombre en la Luna, dirigido por Joyce.
En 2007, Disney lanzó a Los Robinsons, una película basada en su libro Un día con Wilbur Robinson, a la que Joyce sirve como uno de los productores ejecutivos de la película junto con John Lasseter y Clark Spencer.
En agosto de 2009, Joyce y el cofundador de Real FX, Brandon Oldenburg, fundaron un estudio de animación y efectos visuales MOONBOT Studios, con base en Shreveport. El estudio produjo un cortometraje de animación ganador del Oscar y un iPad App.
Su libro The Leaf Men fue adaptada por Blue Sky Studios en una película de 2013 titulada Épica, con Joyce como escritor, productor ejecutivo, y el diseñador de producción.
LA NOVELA
El libro es una novelita corta de 130 páginas, con una prosa fácil que se lee rápido, y que es muy recomendable para niños y mayores cuyo niño interno sale de vez en cuando.
El libro está lleno de imaginación y fantasía, y está muy bien para pasar un rato divertido sin más, eso sí, no lo recomiendo leer si sois unos puristas de la navidad que le gusta la tradición, más que nada por como plantea ciertas cosas. Aun sí el planteamiento de papá Noel como un ladrón en su origen me ha parecido muy original, ya que normalmente estamos muy acostumbrados tanto a la imagen de santo original como a la de gordo bonachón que vende cierta marca de refrescos.
El trasfondo del libro, sin buscar mensajes ocultos ni cosas raras es la eterna lucha del bien (Nicolás San Norte, la niña y el mago) contra el mal (el rey de las pesadillas) en la que el bien deberá pararle los pies al malvado para evitar que convierta el mundo en una pesadilla eterna para todo el mundo.
Como digo el libro no tiene mucho más que esto, y de donde no hay no se puede sacar, otra cosa, es que las lecturas y todo lo que rodea a una persona termine influyéndole y ayudándole a formar su carácter, pero en principio, como digo el libro, es simplemente un librito de corte fantástico que no tiene nada más allá de lo expuesto aquí.
A mí personalmente el libro me ha entretenido y me ha permitido pasar un rato divertido sin más, a favor del libro diré que la edición que ha caído en mis manos (digital) es una edición muy bonita, lo que también ayuda, llena de ilustraciones lo cual no solo va a gustar a un público infantil, sino también a un público adulto que le guste el género fantástico y de semi aventuras, por ello, tanto si tenéis niños como si no los tenéis y os gusta tanto la lectura como este tipo de libros os recomiendo leerlo.
Por último me gustaría comentar de pasada que existe una adaptación basada en la colección el origen de los guardianes (a la que pertenece el presente volumen), pero sobre la que no voy a dar una opinión ya que no la he visto.
Bertie era muy buen chico. Era amable, obediente, sincero y generoso. Tenía, sin embargo, un gran defecto: siempre se olvidaba
No importaba lo importante del recado, su respuesta era siempre “se me olvidó”. Cuando era enviado con una nota al sastre, su madre encontraba la nota en su bolsillo por la noche. Si lo mandaban a la tienda con urgencia, a comprar algo para el té, regresaba tarde, sin el artículo, pero con la respuesta habitual.
Su padre y su madre hablaron sobre el asunto, y decidieron que algo debía hacerse para obligar al niño a recordar
La Navidad se estaba cerca, y Bertie estaba ocupado confeccionando una lista de cosas que papá Noel iba a traerle
“papá Noel puede olvidarse alguna de estas cosas” dijo su madre
“no puede” replicó Bertie “para eso lo escribo: un trineo, y unos patines, y un tambor, y un violín, y todas las cosas en este papel. Entonces cuando papá Noel venga tendrá todo lo de la lista. Puede ver la y poner las cosas según lee”
La mañana de Navidad llegó, y Bertie se levantó y bajó a ver que había en el armario. Su madre se apartó de él tan pronto como pudo, porque sabía que había hecho papá Noel
Finalmente lo oyó acercarse con pasos lentos a su habitación. Despacio abrió la puerta y entró. Llevaba en su mano una lista mucho más larga de la que él había hecho. La puso en la mano de su madre, mientras lágrimas de decepción caían de sus ojos
“mira lo que papá Noel me ha dejado; pero creo que me podría haber dejado algo a pesar de todo”
Su madre abrió el rollo. Era una lista de todos los recados que habían pedido a Bertie que hiciese durante seis meses. Al final de todo estado escrito, en grandes mayúsculas, “SE ME OLVIDÓ”
Bertie lloró durante una hora. Luego su madre le dijo que iban a ir a casa de los abuelos. Por primera vez vería un árbol de Navidad. Quizá algo hubiese aparecido allí para él
Fue raro para Bertie, pero en el árbol del abuelo encontró todo lo que había escrito en su lista. ¿Se curó de su mal hábito? No del todo; pero cuando su madre lo veía particularmente olvidadizo le decía, “recuerda, papá Noel no se olvida”
Era la semana antes de Navidad, y las muñecas en la juguetería jugaban juntas toda la noche. La más grande era de París.
Una noche dijo:
Deberíamos hacer una fiesta antes de que papá Noel nos reparta entre las niñas pequeñas. Sé bailar, y os enseñaré como
Yo puedo bailar sitia es de la cuerda – dijo una muñeca “Jim Crow”.
¿qué tendremos para cenar? – preguntó un muñeco con un traje de chaqueta. Siempre estaba pensando en comer
Oh, cielo – se lamentó la dama francesa – no sé lo que tendremos de cena
Yo puedo preparar la cena – añadió una gran muñeca de trapo. Al resto de muñecas nunca les había caído bien, pero ahora le dieron las gracias. Ella había tomado lecciones de cocina en una escuela, y sabía cómo hacer tarta y caramelo. Siempre quedaba nombres franceses a todo lo que hacía, y esto provocaba que supiera mejor. La anciana madre Hubbard estaba allí, y dijo que la muñeca de trapo no sabía cómo cocinar nada.
Bailaron en uno de los grandes escaparates. Abrieron un piano del juguete, y una muñeca tocó comin’ through the Rye. Las muñecas no les pareció lo mejor para bailar; pero la dama no conocía otra aunque era la muñeca máscara de la tienda. Luego le dieron cuerda a una caja de música, y vacilaron junto a ella. Tenía algunas músicas muy buenas; pero tenían que caminar a su alrededor cuando tocaba hail Columbia, y esperar algo más.
El muñeco Jim Crow tenía que bailar solo, porque no podía hacer nada más excepto descomponerse. No podía bailar a no ser que alguien tirara de su cuerda. Un mono de juguete hizo esto; pero no paraba cuando el bailarín estaba cansado.
Tomaron la cena en uno de los mostradores. La muñeca de trapo colocó algunas cajas como si fueran mesas. La cena se compuso de caramelos, porque no había nada más que corazones huevos de azúcar. A las muñecas les gustaba el azúcar más que ninguna otra cosa, y la cena fue espléndida. Patsy Mcquirk dijo que él no podía comer caramelo. Quería saber que clase de cena era aquella en la que no había patatas. Se enfadó mucho, puso sus manos en los bolsillos, y fumó su pipa. Fue muy descortés hacer eso en esa compañía. El humo hizo enfermar a las señoritas más jóvenes, y trataron de subirse a un cuerno de la abundancia para apartarse.
Madre Hubbard y dos camareras trataron de cantar I Love Little Pussy pero la más alta que llevaba un sombrero bandolero abrió tanto la boca, que las muñecas pequeñas temieron caer en ella. El payaso levantó con sorpresa los brazos, y Jack se elevó tanto que tuvo que mirar hacia abajo para ver a sus compañeros.
Todos los bebes muñecos vestidos con sus gorros y camisones, fueron puestos a dormir. Se despertaron cuando el resto estaba cenando, y empezaron a llorar. La muñeca grande les dio algo de caramelo, y los calmó durante un tiempo.
A la mañana siguiente una niña encontró el piano de juguete abierto. Estaba segura que las muñecas lo habían estado tocando. Los adultos pensaron que se había quedado abierto la noche anterior; pero no entienden a las muñecas como los niños lo hacen.
El primer día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre un gran pavo, comprado en el mercado. El segundo día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre dos perdices. El tercer día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre tres salmones ahumados. El cuarto día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre, cuatro piezas de mantequilla. El quinto día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre cinco quilos de harina. El sexto día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre seis cestitos de nueces. El séptimo día de la semana de navidad, el padre ha traído a la madre siete cestitos de mandarinas. El día de Navidad, la madre ha cogido: el pavo, las dos perdices, los tres salmones ahumados, las cuatro piezas de mantequilla, los cinco quilos de harina, los seis cestitos de nueces y los siete cestitos de mandarinas y ha preparado una suculenta comida de navidad.
Después ha puesto la mesa con la vajilla nueva, la ha adornado con ramitas de acebo y toda la familia se ha sentado a comer el día de navidad
En el polo norte, papá Noel trabajar todo el año para construir los juguetes que todos los niños del mundo reciben en la noche de Navidad. Es un trabajo enorme, que requiere no sólo fantasía, sino también mucha habilidad y organización. Por suerte, los duendes del norte la ayudan; son los más afables de todos los duendes, aunque tengan también el carácter iracundo característico de su raza.
Cuando todo está a punto, papá Noel Cargó su trineo de renos: un trote rápido y ¡en marcha!
¡Cuántas veces se había parado Carlos frente al escaparate de la tienda! Y hora llegaban las fiestas de Navidad: aquel atrayente local era todavía más extraordinario. Sobre la enorme mesa de nogal, ¡qué de cosas deliciosas! Un enorme pavo estaba en el centro; lo rodeaban pocas, lechones, ristras de salchichas. Y también fruteros de todos los colores con mazapán, grandes bombones, manzanas lozanas y olorosas peras. Por el aire se extendió suave aroma de vino dulce que llegaba hasta corazón.
Había una vez en el bosque un joven abeto, cuyo único deseo era crecer y hacerse grande como los demás árboles; e iba creciendo año tras año, pero en su impaciencia nunca le parecía bastante.
De vez en cuando llegaban al bosque algunos hombres con grandes hachas, que cortaban precisamente los más altos y majestuosos, derribando los con un estruendo espantoso; después cortaban las ramas y el tronco y lo cargaban todo en grandes carros
“¿adónde los llevaran?”, se preguntaba el joven abeto. “¿qué harán con ellos?”
En el bosque nadie sabía responderle, pero a veces las golondrinas, grandes viajeras que van por todo el mundo, traían noticias de un abeto que se había convertido en un poste de teléfonos o en el mástil de un barco
“¡ojalá tuviera yo esa suerte!” suspiraba del arbolillo, pensando en el momento en que surcara los mares, sosteniendo velas blancas
Otros abetos eran arrancados enteros, con raíces y todo, y cargados en carros con mucho cuidado, sin que se estropeara ni una sola rama; los gorriones, que espiaban por las ventanas de las casas, decían que los volvían a plantar en bonitos salones iluminados y cubiertos con cintas de plata, velitas, bolitas de colores, caramelos, juguetes, que los niños, contentos, hacían una gran algarabía a su alrededor
“¡ojalá tuviera yo esa suerte!”, suspiraba el arbolillo; pero ni a él ni a sus compañeros se les ocurría preguntar a los gorriones lo que pasaba después con aquellos abetos afortunados
Pasó otro año y el abeto se hizo un poco más alto. Llegaron los leñadores y se llevaron los árboles más altos y fuertes, pero a él volvieron a dejarlo en el bosque. Llegaron otros leñadores a coger los árboles más jóvenes y bonitos y esta vez lo eligieron a él. Casi se muere de alegría cuando oyó al jefe de los hombres ordenar, señalándole a él: – ¡coged también éste!
Pero sufrió terriblemente cuando sus herramientas de hierro entraron en tierra y le golpearon las raíces; y cuando cuerdas y cadenas lo ataron y los sacaron a la fuerza de su casa y de su medio, ya no pudo soportar el dolor y se desmayó
Volvió en sí cuando sintió que lo tocaban y movían por todas partes. Abrió los ojos y vio que estaba en un ángulo de una inmensa plaza, junto a docenas de árboles apoyados como el contra la pared en edificio. Oyó una voz de mujer:
– Sí, es muy bonito. Me lo llevo
Dos criados de librea lo cogieron y lo llevaron a un magnífico salón, donde todo era hermoso y muy valioso. Lo trasplantaron a un gran tiesto recubierto de tela blanca y adornado con borlas rojas; lo regaron, lo cuidaron con cariño y el joven abeto seguía repitiéndose que había tenido mucha suerte con caer en aquella casa, entre gentes que lo admiraban y lo habían puesto en un lugar de honor
Una mañana, alrededor del abeto empezó gran actividad. Las doncellas y la misma señora trajeron grandes cajas y fueron sacando, una tras otra, brillantes bolitas de cristal de muchos colores y tamaños, cintas y tiras de plata, una estrella que colocaron en lo más alto del árbol… y el abeto, que y podría verse en un espejo, no cabía en sí de alegría y orgullo. Comprendió que debía tratarse de la famosa fiesta de Navidad, de la que le habían hablado los gorriones
Pero todavía no había acabado la fiesta: por la noche, la dueña de la casa colocó bajo el árbol los paquetes de los regalos y el ama de llaves encendió las velas. Entonces los niños se precipitaron al salón muy contentos y llenos de curiosidad. ¡qué noche tan extraordinaria para el joven abeto!
Nunca la olvidaría, aunque su triunfo sólo duró unos minutos: en cuanto los niños abrieron los paquetes de los regalos, el arbolillo se quedó en un rincón olvidado de todos
Se acordaron de él días después los jardineros, que fueron a buscarlo y lo llevaron al jardín, donde lo plantaron junto a la verja. Desde su exilio, el abeto volvió a observar los enormes cedros, las colosales encinas, los innumerables y majestuosos árboles que lo rodeaban, y empezó a desear hacerse grande y bello como ellos
En su soledad iban a consolarlo y a hacerle compañía de vez en cuando un gorrión o una pareja de ratones. A todos les contaba la maravillosa historia de su vida y la fantástica fiesta de Navidad; pero los ratones preferían cuentos que hablaron de despensas donde se entrada delgado y se sale gordo; y los gorriones habían visto muchas otras maravillas
Y el joven abeto comenzó a añorar su bosque, de donde lo habían traído para la fiesta de una noche